martes, 8 de septiembre de 2009

Mi mundo… De amor

Una gran cantidad de habitantes del planeta tienden a vivir una vida paralela a la real. Esto puede darse por varias razones. Una de ella son los trastornos mentales y otras, la mayoría, viven en su mundo por deseo propio.

Cristo Rodríguez

Un día de reencuentros con gente que hacía mucho tiempo que no veía. El verano terminó y ya andamos todos por Madrid con ganas de vernos y atendernos unos a otros. La quedada (oficial) fue sobre las 21 horas de la noche en el bar de la “Pili”, un pequeño y cutre-bar situado en la esquina de la calle infanta Isabel con San Eugenio. Por desgracia este lugar que nos gusta tanto se encontraba cerrado y hemos terminado en “La mentridana”, nuestra segunda opción. Tras una caña y unos “vermuses” nos hemos dirigido al restaurante donde terminaríamos cenando. “Il piccolino dell farfalla” lleva por nombre, un pequeño restaurante italo-argentino que incluye en el menú platos típicos italianos y unas ricas parrilladas argentinas.

Rica locura…
La cena transcurrió de forma agradable hablando de nuestra vida y obra durante los últimos meses en los cuales no nos hemos visto. Por supuesto el futuro ha ocupado una parte importante en la conversación. En relación con el por venir, allá por los postres, ha surgido el tema de nosotros con nuestras parejas… Una cuestión caliente y espeluznante a un tiempo.

Un par de heterosexuales y un par de homos componíamos la mesa. A pesar de las diferencias que pueden existir entre las distintas sexualidades, hay un punto donde todos hemos sido unánimes. Después de la primera o segunda cita ya comenzamos a imaginar la vida con la persona en cuestión. ¿Es esto la normalidad? ¿Realmente estamos tan interesados en encontrar una pareja que nos acompañe en el camino? O, simplemente, ¿Somos todos unos fantasiosos?

Estas preguntas han estado sobre la mesa. Todos, sin excepción, nos hemos confesado y el resultado ha sido el mismo. A todo el mundo le pasa lo mismo, aunque no todos se atreven a confesarlo. Quizá una postura un poco excesiva, pero si cuatro de cuatro coincidimos en nuestras elucubraciones nocturnas, ¿no es un número estadístico importante? Pero bueno, como ha dicho “D”, uno de mis amigos, “dios los cría y ellos se juntan…”

Sea de una u otra forma, nuestra confesión iba por el mismo camino. Una vez que conocemos a alguien que nos gusta, tras las primeras citas, ya nos vemos casándonos con ese ser e, incluso, teniendo niños, perros, coches y televisores de plasma. Todo un pack. Seguramente este pensamiento esté influenciado tanto por la religión estatal como por los principales modelos sociales instalados en nuestro país. Sea por modelos sociales, cultura religiosa, deseo de compartir nuestra vida con otra persona… lo que está claro es que nuestra cabeza se dispara rápidamente cuando compartimos una par de momentos agradables con una persona que nos hace, y a la que hacemos, “tilín”.

De bruces con la verdad
Todo esto es muy bonito, aunque “P”, uno de los comensales , ha puesto la nota de cordura. La magia del momento dura hasta que uno se da cuenta de que el otro no es tan perfecto, o hasta que el otro se da cuenta de que nosotros no somos tan perfectos. Ambos momentos nos traen de nuevo a la realidad y rompen de una forma brusca y desagradable nuestra preciosa burbuja de belleza familiar.

Sin duda este golpe no es nada agradable, pero otorga un punto de realidad a nuestro mundo de fantasía. Ese que todos tenemos y que es tan necesario para mantenernos cuerdos en este loco mundo. Aunque, claro, la fantasía es buena… Pero no en exceso… ¿O quizá si?

1 Comentário:

Anónimo dijo...

Puedo ser la excepcion que confirma la regla, pero he de decir que, muy al contrario que todos vosotros, el pesimismo suele formar parte importante de mis pensamientos... xD

Niveles

Followers

LUJURIA © 2008. Template by Dicas Blogger.

TOPO